LA MASTICACION INFANTIL

La masticación es una función muy importante para el desarrollo facial y general del niño pero a diferencia de la succión y la deglución, se debe aprender, y es tarea de los padres y madres enseñar a sus hijos la manera correcta en que se debe realizar.

A los 6 meses, el bebé ya presenta una maduración fisiológica y neurológica adecuada para empezar a tomar alimentos con nuevas texturas y consistencias aparte de líquidos para que nuestros hijos sigan desarrollando de forma correcta todas las estructuras orofaciales, además así evitaremos una peor aceptación a la variedad de alimentos y una mayor dificultad para realizar la masticación.

Podemos decir por lo tanto, que las diferentes texturas de los alimentos promueven el estímulo y el aprendizaje de forma gradual de la masticación, que estimula los músculos y los movimientos de lateralidad de la mandíbula, generando un correcto crecimiento y desarrollo óseo de la cara. Evitando en un futuro alteraciones estructurales y/o dentales, como: una incorrecta mordida, una falta de espacio para los dientes permanentes u otros problemas de ortodoncia, a parte de una baja motricidad oral, la cual puede conllevar alteraciones en la articulación del lenguaje.

Algunos consejos a aplicar con nuestros hijos serán:

  • Darles diferentes texturas para que se acostumbren a ellas.
  • No alargar el uso del biberón ni del chupete.
  • Usar pajitas para beber para que fortalezcan los labios y así realicen fuerza para sostenerla y el movimiento de succión con las mejillas.
  • Enseñar a masticar correctamente, con boca cerrada, sin sacar la lengua hacia fuera y masticando con las muelas, primero por un lado y luego el otro.

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